El arte según Lacan — vía Sucitrep Osat
















Para Freud, el arte es visto como sublimación, donde la libido es reorientada hacia metas no sexuales; en parte para Lacan también. Ambos desarrollaron textos en donde había como tema obras de artistas. Freud veía en esas obras la expresión en forma poética de intuiciones a verdades que el psicoanálisis podía llegar mucho más trabajosamente. Lacan trabajó sobre La carta robada de Poe, Hamlet, Antígona, entre otros. Disentía con Freud en que se pudiera decir algo de la psicología del artista bajo el examen de la obra, lo que se llama psicobiografía. El hecho de que el complejo mayor del psicoanálisis fuera el de Edipo, según Lacan, no posibilitaba en modo alguno a decir algo sobre el artista que le dió vida, es decir Sófocles. A Lacan le parecía infructuoso -y por tanto lo sesgaba- buscar intenciones del autor en su obra. El discuroso del autor, para él debía tratarse como un texto, simplemente, y como el texto -según Freud- de una Sagrada Escritura. De ahí que con el paciente también se prestara mayor atención al texto que emite y no a su "supuesta" psicología. Como con el paciente, interesaba la atención no sobre el significado sino sobre el significante. En La carta robada de Poe, extrae metáforas para su teoría, como la carta misma que, según él, circulaba como metáfora del poder determinante del significante. 
Lacan insiste, al parecer, en dar a entender que utiliza las obras no para decir algo de ellas sino del psicoanálisis mismo, de su teoría. Existe en Freud una confusión que es imposible hallar en Lacan: algunos de sus textos son vistos como metadiscurso. Asimismo Lacan insiste en que la crítica nada puede aprender del psicoanálisis ya que si el psicoanálisis es aplicado, lo es sobre un sujeto que "habla y escucha", esto es, una enunciación. 






Biblografía:
Evans Dylan. Diccionario introductorio de psicoanálisis lacaniano. ed. Paidós Lexicon. trad. Jorge Piatigorsky. Buenos Aires, 2008