Michel Foucault, ¿Qué es un autor?





















El siglo XIX fue testigo de la formación capaz de producir la posibilidad y reglas de formación de otros textos. Tenemos como ejemplo Ann Radclife que produjo un relato gótico o bien se puede decir que existe entre su obra y las de romance gótico una comunión de elementos.

Pero este no es el caso que le interesa y toma de ejemplo Foucault, que son, Marx y Freud. Estos autores desarrollaron, o desde ellos se desarrollaron prácticas discursivas. Existe, al ver de Foucault, en estos textos, analogías con respecto a textos del futuro.
Existe, claro está, una diferencia sustancial entre estos discursos y los descubrimientos fundacionales de la ciencia. 
En los textos como los de Freud, no se requiere de una generalidad formal puesta de manifiesto en un principio, sólo en los textos futuros son "ampliados". El concepto de falsedad no se atiene a las obras de estos iniciadores. No son textos falsables. Los aspectos más pertinentes, eventualmente, en textos del futuro perdurarán, y los inesenciales serán desechados. 

También, a diferencia de los descubrimientos de las ciencias, estas prácticas discursivas iniciadoras están desligadas de sus transformaciones posteriores. Esto implica, como esbozamos en el párrafo anterior, que no se requiere aquí una validez estructural de normas. 

Los textos actuales que dialogan con estas prácticas discursivas iniciadoras estableciendo "redescubrimientos", que son, isomorfismos con formas actuales de conocimiento que permiten la percepción de figuras olvidadas en esos textos iniciadores. Así se da la reactivación de ellos como una inserción en ámbitos totalmente nuevos. 

Estos redescubrimientos, estas reactivaciones muestran una omisión básica que es constructiva y para nada un accidente e incomprensión interpretativa. Ya que la omisión, como bien dice Foucault no es exterior sino que la origina la práctica discursiva misma en cuestión. Esta omisión es removida en el regreso a estos textos. 

Revela a las claras un nivel connotativo insoslayable en este tipo discursivo y por ellos surgen las preguntas sobre lo denotativo y lo connotativo según lo cual se interroga si la observación que se pretende en ese texto iniciador estaba expresada o no de algún modo. 

Estos redescubrimientos establecen una red relacional entre los textos iniciadores y los futuros que inserta modificaciones a la práctica discursiva (pero no al texto de origen, y prueban este tipo de validez en estos textos iniciadores). 

Para Foucault, es necesario el desarrollo de lo que intenta decir en este breve texto, lo cual se traduciría en una tipología del discurso. Esta tipología desbrozaría de lo ya practicado: reglas de la gramática y de la lógica y a las leyes que gobiernan los objetos en esos textos, y buscaría establecer una tipicidad en las propiedades de esos textos, propiedades discursivas específicas que establecen la relación entre sí de varios textos. Se echaría de ver así lo que une un autor a otro en sus propiedades discursivas de un texto. Se haría un análisis histórico del discurso y así se comprenderían mejor las referidas omisiones (ya que las omisiones están derechamente relacionadas a las épocas con su contingencia de distribución, etc).

Se estudiaría, asimismo, el modo de existencia de esos tipos discursivos, se realizaría un catálogo de temas y conceptos utilizados por un, ya, autor-función. 

La conclusión de Foucault es que todo esto le lleva a sospechar del rol creativo del autor puesto que en esas relaciones de reedescubrimientos y nuevas aportaciones habría un desbroce de lo inicial y lo aportado en el diálogo. Por ello una negación del autor es pertinente sólo a estos efectos esclarecedores, pero se requiere asimismo sostener el sujeto-autor (y se agrega "sujeto" tan pronto se entiende en ello la categoría histórica que le concierne) para detectar el punto de partida de las funciones dablemente enumeradas como sociales, biográficas, psicológicas, etc. 

Con ello se ve cómo a Foucault le interesa establecer primero un orden del discurso bajo el cual el sujeto aparece. El sujeto mismo es una función en este diálogo, pero el autor mismo, como ya se sabe, contingente concepto tan pronto se ve en otras sociedades su inexistencia, puede hacer difusa la detección de las relaciones entre estas aparentemente "distantes" prácticas discursivas. El sostenimiento del tótem autoral sólo prueba el grado de huésped a que sirve a la difusión de las formas discursivas. 

El discurso es de suyo anónimo, a diferencia del autor.