Samuel Beckett — Mientras se espera la bota (1) (fragmentos)




by Reginald gray










VLADIMIRO.- ¿Y si nos arrepintiéramos?
ESTRAGÓN.- ¿De qué?
VLADIMIRO.- Pues... (Titubeando.) No hace falta entrar en detalles.
ESTRAGÓN.- ¿De haber nacido? (VLADIMIRO suelta una carcajada, pero inmediatamente se contiene, llevándose la mano al pubis con el rostro crispado.)
VLADIMIRO.- Ni siquiera nos atrevemos ya a reír.
ESTRAGÓN.- ¡Vaya privación!
VLADIMIRO.- Sonreír solamente. (Su cara se distiende en una amplia sonrisa que al punto se hiela, dura unos momentos y después, súbitamente, se extingue.) No es lo mismo. (Pausa.) Gogo... 



*



VLADIMIRO.- ¿Qué estaba diciendo?... ¿Cómo sigue tu pie?
ESTRAGÓN.- Se está hinchando. 
VLADIMIRO.- ¡Ah, sí, ya caigo!: la historia de los ladrones. ¿La recuerdas?
ESTRAGÓN.- No.
VLADIMIRO.- ¿Quieres que te la cuente?
ESTRAGÓN.- No.
VLADIMIRO.- Así matamos el tiempo. (Pausa.) Éranse dos ladrones crucificados al mismo tiempo que el Salvador. Se...
ESTRAGÓN.- ¿El qué?
VLADIMIRO.- El Salvador. Dos ladrones. Se dice que uno de ellos fue salvado, y el otro... (Busca la expresión contraria.) .. condenado.
ESTRAGÓN.- Salvado, ¿de qué?
VLADIMIRO.- Del infierno.
ESTRAGÓN.- Me voy. (Queda quieto.)
VLADIMIRO.-Y, sin embargo... (Pausa.) ¿Cómo es posible que...? Supongo que no te aburro.
ESTRAGÓN.- No escucho. 
VLADIMIRO.- ¿Cómo es posible que, de los cuatro evangelistas, solo uno cuente los hechos de esta forma? No obstante, los cuatro estaban allí; vamos..., no muy lejos. Y solo uno habla de un ladrón salvado. (Pausa.) Bueno, Gogo: de vez en cuando podías meter baza. 
ESTRAGÓN.- Escucho.
VLADIMIRO.- De los cuatro, solo uno. De los otros tres, dos ni siquiera lo mencionan, y el tercero dice que ambos lo insultaron.
ESTRAGÓN.- ¿A quién?
VLADIMIRO.- ¿Cómo?
ESTRAGÓN.- No entiendo nada... (Pausa.) Insultar, ¿a quién?
VLADIMIRO.- Al Salvador.
ESTRAGÓN.- ¿Por qué?
VLADIMIRO.- Porque no quiso salvarlos.
ESTRAGÓN. -¿Del infierno?
VLADIMIRO. ¡No, hombre, no! De la muerte.
ESTRAGÓN.- ¡Bueno!, ¿qué?
VLADIMIRO.- Que los dos debieron ser condenados.
ESTRAGÓN.- ¡Ah!, ¿sí?
VLADIMIRO.- Pero el otro dice que uno se salvó.
ESTRAGÓN.- Vaya, no están de acuerdo; nada más.
VLADIMIRO.- Allí estaban los cuatro. Y solo uno habla de un ladrón salvado. ¿Por qué creer a uno más que a los otros?
ESTRAGÓN.- ¿Quién lo cree? 
VLADIMIRO.- Pues todos. Solo se conoce esa versión. 
ESTRAGÓN.- La gente es tonta. (Se levanta dificultosamente. Cojeando, se dirige hacia el lateral izquierdo, se detiene, mira a lo lejos, protegiendo con la mano los ojos; se vuelve, va hacia el lateral derecho, mira a lo lejos. VLADIMIRO lo sigue con la vista; después coge el zapato, mira dentro, lo tira precipitadamente.) 



*



ESTRAGÓN.- ¡Vaya! (Levanta los restos de la zanahoria por sus hojas secas y los hace girar ante sus ojos.) Es curioso; cuanto más se come, menos gusta.
VLADIMIRO.- A mí me pasa lo contrario.
ESTRAGÓN.- ¿O sea?
VLADIMIRO.- Yo, cuanto más como, más me gusta.
ESTRAGÓN.- (Tras de una prolongada reflexión.) ¿Y eso es lo contrario? 



*



POZZO.- Perfecto. ¿Están todos? ¿Me miran todos? (Mira a LUCKY, tira de la cuerda. LUCKY levanta la cabeza.) Mírame, cerdo. (LUCKY lo mira.) Perfecto. (Guarda la pipa en el bolsillo, saca un pulverizador, se rocía la garganta y vuelve a guardarlo en el bolsillo, carraspea, escupe, vuelve a sacar el pulverizador, se rocía de nuevo la garganta y vuelve a guardarlo en el bolsillo.) Estoy preparado. ¿Me escuchan todos? (Mira a LUCKY y tira de la cuerda.) ¡Avanza! (LUCKY avanza.) ¡Ahí! (LUCKY se detiene.) ¿Están todos preparados? (Mira a los tres, en último lugar a LUCKY, y tira de la cuerda.) ¿Ahora? (LUCKY levanta la cabeza.) No me gusta hablar sin que me escuchen. Bueno. Veamos. (Reflexiona.)
ESTRAGÓN.- Me voy.
POZZO.- ¿Qué es exactamente lo que me han preguntado?
VLADIMIRO.- ¿Por qué...?
POZZO.- (Colérico.) ¡No me interrumpan! ¡No me interrumpan! (Pausa. Más tranquilo.) Si hablamos todos a un tiempo, no acabaremos nunca. (Pausa.) ¿Qué estaba diciendo? (Pausa. Más alto.) ¿Qué estaba diciendo? (VLADIMIRO imita a alguien que lleva una pesada carga. POZZO lo mira sin comprender.)
ESTRAGÓN.- (Con fuerza.) ¡Equipaje! (Señala hacia LUCKY.) ¿Por qué? Siempre llevar. (Imita al que se inclina por el peso, jadeando.) Nunca dejar. (Abre las manos y se levanta, aliviado.) ¿Por qué?
POZZO.- Ya caigo. Haberlo dicho antes. ¿Por qué no se pone cómodo? Tratemos de ver claro. ¿No tiene derecho? Sí. Entonces, ¿es que no quiere? El razonamiento es válido. ¿Y por qué no quiere? (Pausa.) Señores, se lo voy a decir.
VLADIMIRO.- ¡Atención!
POZZO.- Para impresionarme, para que no lo despida.
ESTRAGÓN.- ¿Qué?
POZZO.- Quizá me haya explicado mal. Intenta inspirarme compasión para que renuncie a separarme de él. No, no es eso precisamente.
VLADIMIRO.- ¿Quiere usted desprenderse de él?
POZZO.- El quiere quedarse conmigo, pero no se quedará.
VLADIMIRO.- ¿Quiere usted desprenderse de él?
POZZO.- Se imagina que, al ver yo que es un buen cargador, me sentiré impulsado a ocuparlo en adelante en esa tarea.
ESTRAGÓN.- ¿No lo quiere usted ya?
POZZO.- En realidad, carga como un cerdo. No es su oficio.
VLADIMIRO.- ¿Quiere usted desprenderse de él?
POZZO.- Se figura que, al verlo infatigable, me arrepentiré. Ese es su miserable cálculo. ¡Como si me faltaran a mí peones! (Los tres miran a LUCKY.) ¡Atlas, hijo de Júpiter! (Silencio.) Y ya está. Creo que he contestado a su pregunta. ¿Tienen alguna otra que hacer? (Reanuda sus manipulaciones con el pulverizador.)
VLADIMIRO.- ¿Quiere usted desprenderse de él?
POZZO.- Piensen que yo hubiera podido estar en su lugar y él en el mío. Si el azar no se hubiera opuesto. A cada cual lo que se merece.
VLADIMIRO.- ¿Quiere usted desprenderse de él? 
POZZO.- ¿Qué dice usted?
VLADIMIRO.- ¿Quiere usted desprenderse de él?
POZZO.- Efectivamente. Pero en vez de echarlo, como hubiera podido hacer, quiero decir, en vez de ponerlo simplemente en la puerta a patadas en el culo, es tal mi bondad, que lo llevo al mercado de San Salvador, donde espero sacar algo por él. Aunque, a decir verdad, a seres como este no es posible echarlos. Para hacerlo bien, habría que matarlos. (LUCKY llora.)
ESTRAGÓN.- Está llorando.
POZZO.- Los perros viejos tienen más dignidad. (Le da su pañuelo a ESTRAGÓN.) Puesto que lo compadece, consuélelo. (ESTRAGÓN vacila.) Tome. (ESTRAGÓN coge el pañuelo.) Séquele los ojos. Así se sentirá menos abandonado. (ESTRAGÓN sigue vacilando.)
VLADIMIRO.- Dame, lo haré yo. (ESTRAGÓN no quiere darle el pañuelo. Gestos infantiles.)
POZZO.- Dese prisa. Pronto dejara de llorar. (ESTRAGÓN se acerca a LUCKY y se dispone a secarle los ojos. LUCKY le pega una violenta patada en la espinilla. ESTRAGÓN suelta el pañuelo, se echa atrás y da la vuelta al escenario cojeando y gritando de dolor.) Pañuelo. (LUCKY deja la maleta y el cesto, recoge el pañuelo, avanza, se lo entrega a POZZO, retrocede y coge la maleta y el cesto.)
ESTRAGÓN.- ¡Cochino! ¡Animal! (Se levanta el pantalón.) ¡Me ha lisiado!
POZZO.- Ya les advertí que no le gustaban las personas extrañas.
VLADIMIRO.- (A ESTRAGÓN.) Déjame ver. (ESTRAGÓN le enseña la pierna. A POZZO, con cólera.) ¡Está sangrando!
POZZO.- Eso es buena señal.
ESTRAGÓN.- (Con la pierna herida en el aire.) ¡Ya no podré andar!
VLADIMIRO.- (Tiernamente.) Yo te llevaré. (Pausa.) En caso necesario.
POZZO.- Ya no llora. (A ESTRAGÓN.) Usted lo ha sustituido en cierto modo. Las lágrimas del mundo son inmutables. Por cada uno que empieza a llorar, en otra parte hay otro que cesa de hacerlo. Lo mismo pasa con la risa. (Ríe.) No hablemos, pues, mal de nuestros tiempos; no son peores que los pasados. (Silencio.) Claro que tampoco debemos hablar bien. (Silencio.) No hablemos. (Silencio.) Es cierto que la población ha aumentado.
VLADIMIRO.- Intenta andar. (ESTRAGÓN anda cojeando, se detiene ante LUCKY y le escupe; después va a sentarse donde estaba al levantarse el telón.)
POZZO.- ¿Saben ustedes quién me ha enseñado todas estas cosas tan hermosas? (Pausa. Apuntando su dedo hacia LUCKY.) ¡Él! 



*



POZZO.- (Que no ha escuchado.) ¡Ah, sí, la noche! (Levanta la cabeza.) Pero presten un poco más de atención; si no, no acabaremos nunca. (Mira al cielo.) Miren. (Todos miran al cielo, excepto LUCKY, que ha vuelto a adormecerse. POZZO se da cuenta y tira de la cuerda.) ¿Quieres mirar al cielo, cerdo? (LUCKY vuelve la cabeza.) Bueno, basta. (Bajan la cabeza.) ¿Qué tiene de extraordinario? ¿En cuanto cielo? Es pálido y luminoso, como cualquier otro cielo a esta misma hora. (Pausa.) En estas latitudes. (Pausa.) Cuando hace buen tiempo. (Su voz adquiere un tono cantarino.) Hace una hora (Mira su reloj; en tono prosaico.) aproximadamente (Otra vez en tono lírico.), después de habernos enviado desde... (Vacila, en tono bajo.), pongamos las diez de la mañana... (Eleva la voz.), sin cesar torrentes de luz roja y blanca, ha comenzado a perder su resplandor, a palidecer (Gesto con las dos manos, que bajan escalonadamente.), a palidecer, siempre un poco más, un poco más, hasta que (Pausa dramática, ancho gesto horizontal con ambas manos, que se separan.), ¡zas!, ¡se acabó!, ¡ya no se mueve! (Silencio.) Pero (Alza la mano con ademán admonitorio.)…pero tras ese velo de dulzura y calma (Levanta los ojos hacia el cielo, imitándolo los demás, excepto LUCKY.) la noche galopa (La voz se hace más vibrante.) y vendrá a arrojarse sobre nosotros (Chasquea los dedos.), ¡paf!, así... (Se le va la inspiración.), cuando menos lo esperemos. (Silencio. Voz lúgubre.) Eso es lo que pasa en esta puta tierra. (Largo silencio.) 



*



VLADIMIRO.- (A POZZO.) Dígale que piense.
POZZO.- Déle su sombrero.
VLADIMIRO.- ¿Su sombrero?
POZZO.- No puede pensar sin sombrero.
VLADIMIRO.- (A ESTRAGÓN.) Dale su sombrero.
ESTRAGÓN.- ¡Yo! ¡Después del golpe que me ha dado! ¡Nunca!
VLADIMIRO.- Se lo daré yo. (No se mueve.)
ESTRAGÓN.- Que vaya él a buscarlo.
POZZO.- Es mejor dárselo.
VLADIMIRO.- Se lo voy a dar (Coge el sombrero y se lo ofrece a LUCKY con el brazo extendido. LUCKY no se mueve.)
POZZO.- Es necesario ponérselo. 
ESTRAGÓN.- (A POZZO.) Dígale usted que lo coja. 
POZZO.- Es mejor ponérselo.
VLADIMIRO.- Voy a ponérselo. (Rodea a LUCKY con precaución, acercándose lentamente por detrás; le pone el sombrero y retrocede con rapidez. LUCKY no se mueve. Silencio.)
ESTRAGÓN.- ¿Qué espera?
POZZO.- ¡Aléjense! (ESTRAGÓN y VLADIMIRO se alejan de LUCKY. POZZO tira de la cuerda. LUCKY lo mira.) ¡Piensa, cerdo! (Pausa. LUCKY empieza a bailar.) ¡Párate! (LUCKY se detiene.) ¡Acércate! (LUCKY se dirige hacia POZZO.) ¡Ahí! (LUCKY se para.) ¡Piensa! (Pausa.)
LUCKY.- Por otra parte, por lo que respecta...
POZZO.- ¡Párate! (LUCKY se calla.) ¡Atrás! (LUCKY retrocede.) ¡Ahí! (LUCKY se para.) ¡Arre! (LUCKY se vuelve hacia el público.) ¡Piensa!
LUCKY.- (En tono monótono.) Dada la existencia tal como se desprende de los recientes trabajos públicos de Poinçon y Wattmann de un Dios personal (Sostenida atención de ESTRAGÓN y VLADIMIRO, abatimiento y asco de POZZO.) cuacuacuacua de barba blanca cuacua fuera del tiempo del espacio que desde lo alto de su divina apatía su divina atambía su divina afasia nos ama mucho con algunas excepciones no se sabe por qué pero eso llegará y sufre al igual que la divina Miranda con aquellos que están no se sabe por qué pero se tiene tiempo en el tormento en los fuegos cuyos fuegos las llamas a poco que duren todavía un poco y quién puede dudarlo incendiarán al fin las vigas a saber llevarán el infierno a las nubes tan azules por momentos aun hoy y tranquilas tan tranquilas con una tranquilidad que no por ser intermitente es menos bienvenida pero no anticipemos y teniendo en cuenta por otra parte que como consecuencia de las investigaciones inacabadas no anticipemos de las investigaciones inacabadas pero sin embargo coronadas por (Primeros murmullos de ESTRAGÓN Y VLADIMIRO. Aumentan los sufrimientos de POZZO.) la Acacacacademia de Antropopopometria de Berneen- Bresse de Testu y Conard se ha establecido sin otra posibilidad de error que la correspondiente a los cálculos humanos que como consecuencia de las investigaciones inacabadas inacabadas de Testu y Conard ha quedado establecido tablecido tablecido lo que sigue que sigue que sigue a saber pero no anticipemos no se sabe por qué como consecuencia de los trabajos de Poinçon y Wattmann resulta tan claro tan claro que en vista de las laborales de Fartov y Beleher inacabadas macabadas no se sabe por qué de Testu y Conard inacabadas inacabadas resulta que el hombre contrariamente a la opinión contraria que el hombre en Bresse de Testu y Conard que el hombre en fin en una palabra que el hombre en una palabra en fin a pesar de los progresos de la alimentación y de la eliminación de los residuos está adelgazando y al mismo tiempo paralelamente no se sabe por qué a pesar del impulso de la cultura física [ESTRAGÓN y VLADIMIRO se tranquilizan y vuelven a escuchar. POZZO se agita cada vez más y suelta unos gemidos.] de la práctica de los deportes tales talestales como el tenis el fútbol las carreras y a pie y en bicicleta la natación la equitación la aviación la conación el tenis el hockey el patinaje y sobre hielo y sobre asfalto el tenis la aviación los deportes los deportes de invierno de verano de otoño de otoño el tenis sobre hierba sobre madera sobre tierra batida la aviación el tenis el hockey sobre tierra sobre mar y en los aires la penicilina y sucedáneos en una palabra repito al mismo tiempo paralelamente achicándose no se sabe por qué a pesar del tenis repito la aviación el golf tanto a nueve como a dieciocho hoyos el tenis sobre hielo en una palabra no se sabe por qué en Vallecas Fuencarral Chamartin Carabanchel a saber al mismo tiempo paralelamente no se sabe por qué adelgazando encogiéndose repito Chamartin Carabanchel en una palabra la pérdida total por persona desde la muerte de Torres Villarroel siendo del orden de dos dedos cien gramos por persona aproximadamente por término medio [Exclamaciones de VLADIMIRO y ESTRAGÓN. POZZO se levanta de un salto, tira de la cuerda. Todos gritan. LUCKY tira de la cuerda, da un traspié, chilla. Todos se arrojan sobre LUCKY, que lucha y grita su texto.] poco más o menos números redondos peso corrido desnudo en Galicia no se sabe por qué en una palabra en fin poco importa los hechos están ahí y considerando por otra parte lo que todavía es más grave que resulta lo que todavía es más grave que a la luz la luz de las experiencias actuales de Steinweg y Petermann resulta lo que todavía es más grave que resulta lo que todavía es más grave a la luz la luz de las experiencias abandonadas de Steinweg y Petermann que en el campo en la montaña y a orilla del mar y de los ríos y de agua y de fuego el aire es el mismo y la tierra a saber el aire y la tierra por los grandes fríos el aire y la tierra hechos para las piedras por los grandes fríos ay en el siglo séptimo de su era el éter la tierra el mar para las piedras por los grandes fondos los grandes fríos sobre mar sobre tierra y en los aires poca comida repito no se sabe por qué a pesar del tenis los hechos están ahí no se sabe por qué repito al siguiente en una palabra en fin ay al siguiente para las piedras quién puede dudarlo repito pero no anticipemos repito la cabeza al mismo tiempo paralelamente no se sabe por qué a pesar del tenis al siguiente la barba las llamas los llantos las piedras tan azules tan tranquilas ay la cabeza la cabeza la cabeza la cabeza en Galicia a pesar del tenis los trabajos abandonados inacabados más grave las piedras en una palabra repito ay ay abandonados inacabados la cabeza la cabeza en Galicia a pesar del tenis la cabeza ay las piedras Conard Conard... (Refriega encarnizada. LUCKY lanza aún algunas vociferaciones.) ¡Tenis!... ¡Las piedras!... ¡Tan tranquilas!... ¡Conard!... ¡Inacabados!...
POZZO.- ¡Su sombrero! (VLADIMIRO se apodera del sombrero de LUCKY, que se calla y cae. Gran silencio. Los vencedores jadean.)
ESTRAGÓN.- Estoy vengado. (VLADIMIRO contempla el sombrero de LUCKY y mira adentro.)
POZZO.- ¡Déme eso! (Le arranca el sombrero a VLADIMIRO, lo arroja al suelo y lo pisotea.) ¡Así no pensará más!
VLADIMIRO.- Pero ¿podrá orientarse?
POZZO.- Yo lo orientaré. (Pega patadas a LUCKY.) ¡De pie! ¡Puerco!
ESTRAGÓN.- Quizá esté muerto.
VLADIMIRO.- Va usted a matarlo.
POZZO.- ¡De pie! ¡Carroña! (Tira de la cuerda. LUCKY resbala. A ESTRAGÓN y VLADIMIRO.) ¡Ayúdenme!
VLADIMIRO.- Pero ¿cómo?
POZZO.- ¡Levántenlo! (ESTRAGÓN y VLADIMIRO ponen en pie a LUCKY, lo sostienen un momento, después lo dejan. Vuelve a caer.)
ESTRAGÓN.- Lo hace adrede.
POZZO.- Hay que sostenerlo. (Pausa.) ¡Venga, venga, levántenlo!
ESTRAGÓN.- ¡Estoy harto!
VLADIMIRO.- Vamos, probemos otra vez.
ESTRAGÓN.- ¿Por quién nos ha tomado?
VLADIMIRO.- Vamos. (Ponen a LUCKY en pie, lo sostienen.)
POZZO.- ¡No lo suelten! (ESTRAGÓN y VLADIMIRO vacilan.) ¡Esténse quietos! (POZZO coge la maleta y el cesto y los lleva hacia LUCKY.) ¡Sujétenlo bien! (Pone la maleta en la mano de LUCKY, el cual la deja caer inmediatamente.) ¡No lo suelten! (Vuelve a empezar. Poco a poco, al contacto con la maleta, LUCKY vuelve en si y sus dedos acaban por cerrarse en torno al asa.) ¡Sigan sujetándolo! (Igual operación con el cesto.) ¡Ea!, ya pueden soltarlo. (ESTRAGÓN y VLADIMIRO se separan de LUCKY, que da un traspié, vacila, se dobla, pero consigue mantenerse en pie, con la maleta y el cesto en las manos. POZZO retrocede, y restalla el látigo.) ¡Adelante! (LUCKY avanza.) ¡Atrás! (LUCKY retrocede.) ¡Vuélvete! (LUCKY se vuelve.) ¡Ya está, puede andar! (Volviéndose hacia ESTRAGÓN y VLADIMIRO.) Gracias señores, y permítanme... (Rebusca en sus bolsillos.) ...desearles... (Rebusca.),.. desearles... (Rebusca.) . ..pero ¿dónde tengo mi reloj? (Rebusca.) ¡Lo que faltaba! (Levanta la cabeza, con el rostro descompuesto.) Una auténtica saboneta. Señores, con segundero. Me la dio mi abuelito (Rebusca.) Puede que se haya caído. (Busca por el suelo, así como VLADIMIRO y ESTRAGÓN. POZZO revuelve con el pie los restos del sombrero de LUCKY.) ¡Es el colmo!
VLADIMIRO.- Quizá esté en el bolsillo del chaleco.
POZZO.- ¡Esperen! (Se inclina, y, aproximando su cabeza al vientre, escucha.) ¡No oigo nada! (Les hace señas de que se acerquen.) Vengan a ver. (ESTRAGÓN y VLADIMIRO van hacia él y se inclinan sobre su vientre. Silencio.) Se debería oír el tictac.
VLADIMIRO.- ¡Silencio! (Todos escuchan inclinados.)
ESTRAGÓN.- Yo oigo algo.
POZZO.- ¿Dónde?
VLADIMIRO.- Es el corazón.
POZZO.- (Decepcionado.) ¡A la mierda!
VLADIMIRO.- ¡Silencio! (Escuchan.)
ESTRAGÓN.- Quizá se haya parado. (Se yerguen.)
POZZO.- ¿Quién de ustedes huele tan mal?
ESTRAGÓN.- A este le huele la boca; a mí, los pies.
POZZO.- Los dejo.
ESTRAGÓN.- ¿Y su saboneta?
POZZO.- He debido dejarla en el castillo.
ESTRAGÓN.- Entonces adiós.
POZZO.- Adiós.
VLADIMIRO.- Adiós.
ESTRAGÓN.- Adiós. (Silencio. Nadie se mueve.)
VLADIMIRO.- Adiós.
POZZO.- Adiós.
ESTRAGÓN.- Adiós. (Silencio.)
POZZO.-Y gracias.
VLADIMIRO.- A usted.
POZZO.- De nada.
ESTRAGÓN.- Sí, sí.
POZZO.- No, no.
VLADIMIRO.- Sí, sí.
ESTRAGÓN.- No, no. (Silencio.)
POZZO.- No acabo. (Vacila.) ...de marcharme.
ESTRAGÓN.- ¡Así es la vida! (POZZO se vuelve, se aleja de LUCKY hacia el lateral, soltando cuerda a medida que se retira.)
VLADIMIRO.- Se ha equivocado de camino.
POZZO.- Necesito carrerilla. (Al llegar al extremo de la cuerda, es decir, al bastidor, se detiene, se vuelve y grita:) ¡Apártense! (ESTRAGÓN y VLADIMIRO se sitúan en el foro, mirando hacia POZZO. Ruido de látigo.) ¡Adelante! (LUCKY no se mueve.)
ESTRAGÓN.- ¡Adelante!
VLADIMIRO.- ¡Adelante! (Ruido de látigo. LUCKY se pone en marcha.)
POZZO.- ¡Más deprisa! (Sale del lateral, atraviesa el escenario tras LUCKY. ESTRAGÓN y VLADIMIRO se descubren, agitan la mano. LUCKY sale. POZZO chasquea la cuerda y el látigo:) ¡Más deprisa! ¡Más deprisa! (En el momento en que va a desaparecer, POZZO se detiene y se vuelve. La cuerda se tensa. Ruido de LUCKY, que cae.) ¡Mi silla! (VLADIMIRO va a buscar la silla y se la da a POZZO, quien la arroja hacia LUCKY.) ¡Adiós!
ESTRAGÓN y VLADIMIRO.- (Agitando la mano.) ¡Adiós! ¡Adiós!
POZZO.- ¡De pie! ¡Puerco! (Ruido de LUCKY, que se levanta.) ¡Adelante! (POZZO sale. Ruido del látigo.) ¡Adelante! ¡Adiós! ¡Más deprisa! ¡Puerco! ¡Arre! ¡Adiós! (Silencio.)



*



ESTRAGÓN.- Mientras, intentemos hablar sin exaltarnos, ya que somos incapaces de estarnos callados.
VLADlMIRO.- Es verdad, somos incansables.
ESTRAGÓN.- Es para no pensar.
VLADIMIRO.- Está justificado.
ESTRAGÓN.- Es para no escuchar.
VLADIMIRO.- Tenemos nuestras razones.
ESTRAGÓN.- Todas las voces muertas.
VLADIMIRO.- Es como un ruido de alas.
ESTRAGÓN.- De hojas.
VLADIMIRO.- De arena.
ESTRAGÓN.- De hojas. (Silencio.)
VLADIMIRO.- Hablan todas al mismo tiempo.
ESTRAGÓN.- Cada una para sí. (Silencio.)
VLADIMIRO.- Más bien cuchichean.
ESTRAGÓN.- Murmuran.
VLADIMIRO.- Susurran.
ESTRAGÓN.- Murmuran. (Silencio.)
VLADIMIRO.- ¿Qué dicen?
ESTRAGÓN.- Hablan de su vida.
VLADIMIRO.- No les basta haber vivido.
ESTRAGÓN.- Es necesario que hablen.
VLADIMIRO.- No les basta con estar muertas.
ESTRAGÓN.- No es suficiente. (Silencio.)
VLADIMIR0.- Es como un ruido de plumas.
ESTRAGÓN.- De hojas.
VLADIMIRO.- De cenizas.
ESTRAGÓN.- De hojas. (Largo silencio.)
VLADIMIRO.- ¡Di algo! 
ESTRAGÓN.- Estoy buscando de qué hablar. (Largo silencio.)
VLADIMIRO.- (Angustiado.) ¡Di cualquier cosa!
ESTRAGÓN.- ¿Qué hacemos ahora?
VLADIMIRO.- Esperamos a Godot. 



*



VLADIMIRO.- No perdamos el tiempo en discusiones inútiles. (Pausa. Con vehemencia.) Hagamos algo, ahora que se presenta la ocasión. No siempre nos necesitan. La verdad es que no se nos necesita. Otros lo harían igual que nosotros, si no mejor. La llamada que acabamos de escuchar va dirigida a toda la Humanidad. Pero en este lugar, en ese momento, nosotros somos la Humanidad, queramos o no. Aprovechemos la ocasión antes de que sea demasiado tarde. Representemos dignamente por una vez a esa ralea de que la desgracia nos ha hecho formar parte. ¿Qué te parece? 



*



ESTRAGÓN.- Pasemos ahora a otra cosa, ¿quieres?
VLADIMIRO.- Era justamente lo que iba a proponerte.
ESTRAGÓN.- Bueno; ¿pero a qué?
VLADIMIRO.- ¡Ahí está el asunto! (Silencio.) 



*



VLADIMIRO.- ¿Habré estado durmiendo mientras los otros sufrían? ¿Estaré durmiendo en este momento? ¿Qué diré mañana, cuando crea despertar, de este día? ¿Que he esperado a Godot, en este lugar, con mi amigo Estragón, hasta la caída de la noche? ¿Que ha pasado Pozzo, con su porteador, y que nos ha hablado? Sin duda. Pero, en todo esto, ¿qué habrá de verdad? El no sabrá nada. Hablará de los golpes recibidos y yo le daré una zanahoria. A horcajadas sobre una tumba y un parto difícil. Desde el fondo del agujero, ensoñadoramente, el sepulturero aplica los fórceps. Hay tiempo para envejecer. El aire está lleno de nuestros gritos. Pero la costumbre los acalla. A mí también me mira otro, diciéndose: «Duerme y no sabe que duerme.» No puedo continuar. ¿Qué he dicho? 
MUCHACHO.- Señor... (VLADIMIRO se vuelve.) Señor Alberto...
VLADIMIRO.- Vuelta a empezar. (Pausa. Al MUCHACHO.) ¿No me reconoces?
MUCHACHO.- No, señor.
VLADIMIRO.- ¿Viniste ayer?
MUCHACHO.- No señor.
VLADIMIRO.- ¿Es la primera vez que vienes?
MUCHACHO.- Sí, señor. (Silencio.)
VLADIMIRO.- De parte del señor Godot.
MUCHACHO.- Sí, señor.
VLADIMIRO.- No vendrá esta noche.
MUCHACHO.- No, señor.
VLADIMIRO.- Pero vendrá mañana.
MUCHACHO.- Sí, señor.
VLADIMIRO.- Con toda seguridad.
MUCHACHO.- Si, señor. (Silencio.)
VLADIMIRO.- ¿Te has encontrado con alguien?
MUCHACHO. No, señor.
VLADIMIRO.- Otros dos... (Vacila.) ...hombres.
MUCHACHO.- No he visto a nadie, señor. (Silencio.)
VLADIMIRO.- ¿Qué hace el señor Godot? (Pausa.) ¿Oyes?
MUCHACHO.- Si, señor.
VLADIMIRO.- ¿Y qué?
MUCHACHO.- No hace nada, señor. (Silencio.)
VLADIMIRO.- ¿Cómo está tu hermano?
MUCHACHO.- Está enfermo, señor.
VLADIMIRO.- Quizá fuera él quien vino ayer.
MUCHACHO.- No lo sé, señor. (Silencio.)
VLADIMIRO.- ¿Tiene barba el señor Godot?
MUCHACHO.- Si, señor.
VLADIMIRO.- ¿Rubia o... (Vacila.) . ..negra?
MUCHACHO.- (Dudando.) Me parece que es blanca, señor. (Silencio.)
VLADIMIRO.- Misericordia. (Silencio.)
MUCHACHO.- ¿Qué debo decirle al señor Godot, señor?
VLADIMIRO.- Dile... (Se interrumpe.) ...dile que me has visto y que... (Reflexiona.) . ..que me has visto. (Pausa. VLADIMIRO avanza y el MUCHACHO retrocede. VLADIMIRO se para y el MUCHACHO también.) Dime: ¿estás seguro de haberme visto? ¿No me dirás mañana que nunca me has visto? (Silencio. VLADIMIRO da un repentino salto hacia adelante y el MUCHACHO se escapa como una flecha. Silencio. El sol se pone; sale la luna. VLADIMIRO permanece inmóvil ESTRAGÓN se despierta, se descalza, se levanta con los zapatos en la mano y, los pone ante la batería; va hacia VLADIMJRO y lo mira.)
ESTRAGÓN.- ¿Qué te pasa?
VLADIMIRO.- No me pasa nada. 
ESTRAGÓN.- Me voy. 
VLADIMIRO.- Yo también. (Silencio.)
ESTRAGÓN.- ¿Hace mucho tiempo que me he dormido?
VLADIMIRO.- No sé. (Silencio.)
ESTRAGÓN.- ¿Adónde iremos?
VLADIMIRO.- No muy lejos.
ESTRAGÓN.- ¡No, no, vámonos lejos de aquí!
VLADIMIRO.- No podemos.
ESTRAGÓN.- ¿Por qué?
VLADIMIRO.- Tenemos que volver mañana.
ESTRAGÓN.- ¿Para qué?
VLADIMIRO.- Para esperar a Godot.
ESTRAGÓN.- Es verdad. (Pausa.) ¿No ha venido?
VLADIMIRO.- No.
ESTRAGÓN.- Y ahora ya es tarde.
VLADIMIRO.- Sí, es de noche.
ESTRAGÓN.- ¿Y si lo dejáramos plantado? (Pausa.) ¿Si lo dejáramos plantado?
VLADIMIRO.- Nos castigaría. (Silencio. Mira el árbol.) Solo el árbol vive.
ESTRAGÓN.- (Mirando el árbol.) ¿Qué es?
VLADIMIRO.- El árbol.
ESTRAGÓN.- Sí, pero ¿de qué clase?
VLADIMIRO.- No sé. Un sauce.
ESTRAGÓN.- Vamos a ver. (Lleva a VLADIMIRO hacia el árbol y quedan parados ante él. Silencio.) ¿Y si nos ahorcáramos?
VLADIMIRO.- ¿Con qué?
ESTRAGÓN.- ¿No tienes un trozo de cuerda?
VLADIMIRO.- No.
ESTRAGÓN.- Entonces no podemos.
VLADIMIRO.- Vámonos.
ESTRAGÓN.- Espera, tenemos mi cinturón.
VLADIMIRO.- Es demasiado corto.
ESTRAGÓN.- Tú me tiras de las piernas.
VLADIMIRO.- ¿Y quién tira de las mías?
ESTRAGÓN.- Es verdad.
VLADIMIRO.- De todas formas, déjame ver. (ESTRAGÓN se desata la cuerda que sujeta su pantalón. Este, demasiado ancho, se le cae hasta los tobillos. Miran la cuerda.) Yo creo que puede servir. Pero ¿será fuerte?
ESTRAGÓN.- Vamos a ver. Toma. (Cada uno agarra un extremo de la cuerda, y tiran. La cuerda se rompe. Están a punto de caer.)
VLADIMIRO.- No vale. (Silencio.)
ESTRAGÓN.- ¿Dices que tenemos que volver mañana?
VLADIMIRO.- Sí.
ESTRAGÓN.- Entonces nos traeremos una buena cuerda.
VLADIMIRO.- Eso es. (Silencio.)
ESTRAGÓN.- Didi.
VLADIMIRO.- ¿Qué?
ESTRAGÓN.- No puedo continuar así.
VLADIMIRO.- Eso se dice fácilmente.
ESTRAGÓN. ¿Y si nos separásemos? Quizá nos fuera mejor.
VLADIMIRO.- Mañana nos ahorcaremos. (Pausa.) A no ser que venga Godot.






(1) Mejor conocida como Esperando a Godot