Joyce según John Lechte









Derrida estuvo fuertemente influenciado, según declaró, por el Ulises y el Finnegans Wake en su primer texto Introducción al origen de la geometría de Husserl. Ídem en La Farmacia de Platón. En este texto, como en el Finnegans se hace referencia al dios egipcio Thot, dios de la escritura, inventor del falso recuerdo, opuesto al recuerdo vivido. Este tipo de recuerdo se corresponde con la mnemotecnia, con el procedimiento, uno por el cual sea posible, o se facilite, recordar. Al parecer de Lechte, la mnemotecnia confirma la arbitrariedad del signo saussuriana. 
Lechte destaca que Joyce era políglota: sabía italiano, francés, alemán, noruego literario, y latín. Sólo desconocía el griego antiguo, y a su pesar. Todo esto es muy importante a la hora de la construcción de sus textos más oscuros. 
El Ulises sería el relato de un día en la vida de Molly y Leopold Bloom. El poema homérico y datos de la biografía de Joyce ayudarían a "entender" el famoso texto de Joyce pero, la contingencia es el aspecto más esencial. Este aspecto es el de la modernidad misma, su crisis, y Lechte lo desenvuelve aquí en la figura de Baudelaire, en esta paráfrasis: «estar lejos de casa pero sentirse como en casa.». Esto sucede de alguna manera en el plano semántico de la Odisea. Lo que importaba mucho a Joyce del relato homérico era que Odiseo deja su hogar, va al azar, deambula, aunque quiera volver. Igual sucede con Bloom; éste vuelve al final de la novela. 
A partir de este mínimo paralelismo, se observa en Joyce algo que, por ejemplo, Kristeva destacó: Joyce trata de hacer coincidir la estructura del relato con la contingencia, cosa que nunca es posible realmente, y se pudiera decir que por ello sólo queda eso de ese intento, la obra de Joyce. 
Resumido por Lechte el Ulises, como un serie de encuentros fortuitos, el libro posee una cualidad poética en su escritura. Al menos en relación al relato canonizado del siglo XIX, donde la contingencia es funcional a la narración, en Joyce la contingencia pone en peligro la narración si fuera necesario en pos de dar a la contingencia su mejor expresión. 
En este punto, Lechte observa una característica común a toda la narrativa del siglo XX. Al hacer hincapié en los hechos fortuitos, se hace hincapié por extensión en la parole saussuriana, puesto que todo lo que trata de conformar este término (parole) es aquello que es único respecto a la langue. 
Lechte ensaya unas conclusiones acertadas: por ser únicos los hechos fortuitos son poéticos. 
Un sentido, dado por el mismo Joyce, del Ulises, hace al Finnegans como su continuación, su segunda parte, tal vez su contranovela, o algo típico en escritores "verbales", su apoteosis. El Ulises era a su decir el relato del día, y sobre todo con ello quería decir que era totalmente legible, gramaticalmente, morfológicamente. El Finnegans es el relato de la noche, puesto que aquello referido no se cumple. La noche es el sueño y el significado fluido, que dispuesto deliberadamente como estructura hace del significado su anulación. Lechte utiliza la metáfora paterna como ley, que ya observa en el hincapié homérico y el mismo Joyce lo dice a su modo. Un recurso general lo muestra, la aglutinación: palabras o frases que corren juntas. El Finnegans logra que cierta tentación metalingüística, o puede decirse autorreferente, se frustre, porque la lleva puesta. Según Kristeva, la escritura de Joyce muestra el "plano semiótico". Ese plano es reprimido por el significado, como sucede en los sueños. Al leer, por ejemplo el Finnegans el sentido vuelve en el lector creando la sensación de que no se está leyendo y por ende creando una necesidad de encontrar una forma de leerlo. De esto, nos desviamos de Lechte para hacer una apreciacipión llana y ya propuesta: este libro, en caso de que capture al lector puede que se transforme en uno de los más óptimos dispositivos de estudio de las diversas lenguas. Posiblemente aquí esté el logro de Joyce. 
El lenguaje (equiparable, al paso, con la langue saussuriana) es de suyo un sistema de exclusiones, de poder, de aquí que Lechte hable de una "naturaleza de la paternidad", evidenciada en el Finnegans. En tanto poética, la función poética siempre es huérfana.