Paul Ricoeur. Grandes filósofos















Descripción:

Se tratan temas como el de que Ricoeur reduciría todo al simbolismo. Si el simbolismo, o más precisamente el símbolo, es más importante de lo que se cree la reducción mencionada no sería reducción. Marie France Begué, una de las tres profesionales consultadas en este documento, subraya que la filosofía de Ricoeur estaría marcada por el binarismo ausencia-presencia. 
Por su parte, Aníbal Fornari destaca las influencias primeras del filósofo; las tres grandes primeras influencias: Husserl (de quien asume el "rigor metodológico"), Marcel (de quien toma el "compromiso existencial") y Jean Nabert. La importancia de este último menos conocido filósofo radica en los planteamientos posteriores de Ricoeur sobre la noción del mal, más conocida como simbólica del mal. Aníbal Fornari subraya definicionalmente a Ricoeur como "filósofo del sentido".

También se refieren aquí su participación en la segunda guerra y su toma de prisión por los alemanes, referida por Aníbal Fornari, así como también el suicidio de su hijo. 
Se mencionan filósofos relacionados o relacionables a él: los mencionados antes, más Karl Jaspers, Maurice Merleau-Ponty, cuyos trabajos lo influenciaron. 
Marie France Begué propone que el mal para Ricoeur se expresa en forma simbólica: el mal está mediatizado, como asimismo que el método husserliano en Ricoeur entra en crisis, de lo que deviene su "injerto hermenéutico en la fenomenología". 
El tercer profesional consultado es Pablo Corona: éste se refiere al mito como depósito de símbolos, liberadores de sentido, y menciona, a su vez, la etapa de relectura profunda de Freud por parte de Ricoeur. Con esta lectura, Ricoeur desliga la noción de símbolo del marco religioso y la amplia a todo fenómeno humano de cultura. (En tanto que el mito son relatos inverificables sólo procede la interpretación y por dicha interpretación se constituye un sentido).   

Aníbal Fornari desliza la pregunta de la localización del mal y plantea que Ricoeur lo ve relacionado a la mortalidad, a la finitud del hombre. Y luego, con cierta expresión emotiva cita a Ricoeur: "Yo soy inconmensurablemente más de lo que yo sé de mí". 

Una etapa todavía más tardía es la del abrevamiento de Ricoeur en la filosofía analítica cuando llega a la Universidad de Chicago, Estados Unidos, etapa que se entiende críticamente como la tercera y tal vez la última y en la que, como uno de los pocos filósofos, se muestra como un ejemplo de integración de las filosofías continental y anglosajona. 
Pablo Corona esboza un resumen a estas últimas cuestiones de la tercera etapa de Ricoeur: el problema de la expresión de un autor puede tratarse con la noción de que todo libro sería póstumo: aún cuando el autor no esté muerto ya el libro es póstumo. Nociones éstas que son muy conocidas y que operan una descategorización de las cosas: de ahí, entender un texto como un ser vivo.