Borges y Neruda



by Paula Alifano




Roberto Alifano cuenta en una nota en La Nación, hacia el 2003, algunos datos curiosos. 
A diferencia de tiempos en que cartearse (incluso por mail) parece sobrar, como los de ahora, a principios de siglo XX, Neruda y Borges se habrían carteado. No habría quedado nada de aquellas cartas. En Neruda la desaparición se atribuye a su vida bohemia (no en el sentido disipado del término) entre llegar de su pueblo natal hasta Santiago, y en Borges, a que por aquellos tiempos (los veinte), no conservaba cartas (testimonio recibido por el mismo Alifano). La relación entre Borges y Neruda había sido estrecha en los principios, con la revista Claridad, en Chile, y con Proa, en Argentina. Hacia 1924 Borges comentó los Veinte poemas y una... y a su vez, Neruda, bajo pseudónimo de Sashka, comentó Fervor de B.... Ambos dijeron estupideces encomiosas olvidables. Alifano recuerda que los unía Whitman, y que por allí —advirtiendo esa influencia— Borges le perdonaría la vida a Neruda como escritor. También había relaciones humanas que los unía, por ejemplo las hermanas Bombal, chilenas, dos mujeres algo extravagantes. A Borges le gustó de María Luisa Bombal La amortajada, escribió incluso una nota para Sur
Los datos de interés vienen al final de la nota de Alifano. Éste visitó a Neruda cuando éste volvió de Francia y ya estaba enfermo (1971, aprox.), en una de sus visitas le lleva El oro de los tigres de Borges y Neruda contesta: "Las obsesiones de Borges (...) Raro título para un libro de poemas". Se ve que no lo había leído con detenimiento o más probablemente que ni siquiera lo había leído. En una siguiente visita de Alifano, Neruda estaba entusiasmado con el libro que le dejara y destacaba el poema "Lo perdido" y "El amenazado" poemas que a todo munda gusta y que a los que no les gusta ahora, les gustó en un principio. Aquí aparece un dato de interés: Neruda le suelta a Alifano que había pasado a visitarlo en Buenos Aires y que Borges se habría negado a recibirlo. Interpongamos a este dato que hay algo de cierto en él: si bien Borges pudo haber sentido miedo de recibir a Neruda o alguna otra imposibilidad excusatoria, tenía quisquillas de eremita que Neruda no. Borges es más escondedor que Neruda cuando se toca con la gente. Junto a estos datos, Alifano menciona que Neruda decía que se cartearon cuando jóvenes y que, básicamente, se hacían propaganda a un lado y otro de los Andes, en las revistas. Y aquí viene algo más suculento. Neruda dice "Claro, cómo nos íbamos a entender. Borges era un anarquista de derecha y yo un anarquista de izquierda" a propósito de un encuentro frustrado en casa de Girondo.
Luego Alifano comenta que fue uno de los amanuenses de Borges, hacia 1973 y le comentó la reacción buena de Neruda sobre El oro de los tigres y Borges contestó que respetaba al otro por Veinte poemas....
Por último Alifano recuerda que Neruda escribió (en Crisis) sobre Borges párrafos conocidos por muchos: "Siempre han tratado de enfrentarnos" (¿suficiente, no? Suficiente gente al lado de uno y otro como para no). Luego está este párrafo de Neruda que propone una ironía en la supresión de la misma ni bien empieza a despuntar: "Lo que sucede es que Borges no entiende ni entenderá nunca lo que pasa en el mundo; yo tampoco. Y esa es otra cosa en que coincidimos".

Si llegaran a aparecer esas cartas o si aparecieron ya, nada más pésimo que el género correspondencia. El género correspondencia es el Coelho de los escritores que además escriben; su exorcismo: literaturizarlo. El mejor libro de Neruda es El libro de las preguntas, aunque el poema 20 es inobjetable. El problema surge para el lector de hoy cuando se cuenta que Borges rescataba a Neruda en su libro amatorio puesto que dicho género es incapaz para los lectores actuales. Por lo cual los lectores de hoy habrán de creer que si Borges subrayó la importancia de ese libro de Neruda, en realidad no hay nada de Neruda que mejore su olvido, a excepción de los chismes de su autobiografía y de su mito. Muchos escritores piensan de Neruda que es más un personaje histórico que una literatura.